domingo, 10 de febrero de 2008

DxC

Aquí yace un caballero,
destierro en casilla blanca,
mal destino de héroe negro,
triste día de batalla.

Herraduras en el suelo,
desnuda la inútil daga,
espuelas sobre el tablero
de piezas ensangrentadas.

Aquí yace un caballero...
sutil jugada de dama
que ante sus ojos de fiero,
le abraza y besa: le mata.

GRIS

Resuena en un verso un nombre
que arropa el ayer ignoto
fragancia en cuerpo de olivo,
silencio cubierto en polvo.

Es el violín del verano,
esos acordes tan sordos
llueven sin mojarnos casi
y vamos muriendo a trozos.

Como el columpio sin niño,
el sillín de caucho roto
ve gris el banco del parque,
oye triste el arpa del tiempo.

Tarde de lluvia

Oye la tarde cansina:
su murmullo de agua gris
suena a belleza tardía
de niebla al atardecer...

Llueve con la tontería
del olor de la tristeza
perdido en alcantarillas
y en cierzo de azul de mar.

Esas hojas amarillas,
su danza y su torbellino,
con difuminada tinta
pintan al óleo un otoño.

Calle del Olmo

Camino mochila al hombro,
una noche más termina,
se acabó en tímidos sorbos
el licor de su piel nácar.

Un viento nómada y hondo
con su turbante vendado
sopla en la calle del Olmo,
señala el amanecer.

Busco un camino entre escombros,
un presente carpediem
para un futuro incoloro:
un horóscopo azabache...

Seguiré tus pasos

Tras la bruma del asfalto
se oyen voces en la niebla,
oscuridad que de blanco
es la voz de mi conciencia.

No hay nada en mis manos
ni en la ciudad siniestra,
todo se oculta en el manto
de humo gris de la tiniebla.

En el rojo de tus labios
se oyen mentiras sinceras,
y en el suelo, sólo el barro
donde al pisar dejas huella.

Huella de color opaco,
¿dónde vas? que no se sepa,
solitario andaré tus pasos
sin saber donde me llevan.