Tras la bruma del asfalto
se oyen voces en la niebla,
oscuridad que de blanco
es la voz de mi conciencia.
No hay nada en mis manos
ni en la ciudad siniestra,
todo se oculta en el manto
de humo gris de la tiniebla.
En el rojo de tus labios
se oyen mentiras sinceras,
y en el suelo, sólo el barro
donde al pisar dejas huella.
Huella de color opaco,
¿dónde vas? que no se sepa,
solitario andaré tus pasos
sin saber donde me llevan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario